Descubrí a Lionel Shriver a través de la novela El mundo después del cumpleaños. Un libro que me enganchó y que me leí bastante rápido. Lo que más me gustó fue como describía las emociones, sentimientos y pensamientos de los protagonistas. Es muy intensa y tiene un sentido del humor bastante irónico.
Así que pensé que probaría con el libro que comentaban en la contraportada, Tenemos que hablar de Kevin. Libro considerado polémico, que habían rechazado 30 editoriales aunque finalmente había ganado Orange Prize en 2005.
La protagonista del libro es Eva, una editora de guías de viajes bien situada social y económicamente y que goza de gran una libertad e independencia. Eva está felizmente casada con Franklin y forman un matrimonio estable hasta que ella accede a tener un hijo. Un hijo que realmente ella no quiere tener, pero que acaba teniendo. (Primer tema que plantea la autora, ¿eres una persona egoísta por no querer tener hijos? ¿está aceptado socialmente no tener hijos cundo tienes la edad adecuada y los medios?)
Kevin resultará ser un bebé terrible, absorbente, insaciable y capaz de hacer perder los nervios y la autoestima a cualquiera. El mundo de Eva se trastoca, convirtiendo la experiencia de la maternidad en una lucha continua por la supervivencia emocional.
Dos días antes de cumplir los 16 años Kevin efectúa una matanza en su instituto asesinando a 7 compañeros.
El libro lo forman las cartas que Eva escribe a Franklin después de la tragedia. En estas carta, Eva relata cómo ha vivido y vive la maternidad, los sentimientos ambivalentes hacia Kevin, la culpabilidad que le generan estos mismos sentimientos, la hipocresía de la sociedad en la que todo el mundo la culpa por cómo es su hijo y la lucha interna por intentar entender a un ser que lleva sus genes.
Un libro duro, cruel y que ataca los convencionalismos de una manera salvaje. Destroza la idea de la maternidad como algo indispensable en la vida de una mujer, cuestiona el amor incondicional de los padres hacia sus hijos, nos hace plantear si la maldad en su estado más puro existe o somos nosotros con nuestras actitudes los que acabamos provocándola.
Quizá la parte más poco elaborada es la figura del padre, Franklin. Hay momentos en los que piensas que debe ser tonto, porque es imposible que no sea capaz de ver más allá. Quizás está hecho expresamente para que los personajes de Eva y Kevin tengan más peso, pero para mi gusto, acaba haciendo que el personaje sea poco creíble.
En resumen, un libro bien escrito y con un fondo brutal, de esos que una vez leído, no sabes que decir, han de pasar unos días para asimilarlo, digerirlo y poder expresar alguna opinión al respecto.
Por cierto, una dato curioso, la autora no tiene hijos….
Me ha gustado tu reseña del libro. No lo he leído pero creo que me lo apuntaré para próximas lecturas.
ResponderEliminarHola Pilar! Me alegro de que te haya gustado la reseña. La verdad es que a mi el libro me encantó, tanto por el tema por como estaba narrado.Pero es un libro muy duro. Si te lo lees algún día ya me dirás que te ha parecido, esta entrada continuará en el blog....
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu comentario!