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2 de mayo de 2011

Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb


Amélie Nothomb, la autora, es belga, aunque nació en Japón y pasó su infancia y adolescencia en Extremo Oriente, sobre todo en China y en el país nipón donde su padre fue embajador.
Ni de Adán ni de Eva es autobiográfica y cuenta la aventura de la propia Amélie, cuando con 22 años decide ir a pasar una temporada al país en el que vivió hasta que tenía cinco y del que guarda maravillosos recuerdos. Este país, como ya se puede suponer, es Japón. Una vez allí, en Tokio, considera la brillante idea de que una buena manera de aprender japonés será dando clases de su propia lengua, el francés. Y es a través de un anuncio para captar alumnos como conoce al protagonista masculino, Rinri.

Rinri es un japonés delgado, guapo, rico, atento y encantador. A través de la relación que entabla con Rinri, Amélie nos muestra un Japón diferente, cotidiano en muchos aspectos, curioso y siempre culturalmente fascinante. Es un Japón alegre, con lugar para la diversión,el ocio y el disfrute, visión infrecuente en los relatos de otros autores nipones que he leído como Murakami (1Q84, Kafka en la orilla), Natsuo Kirino (Out) o Hiromi Kawakami (El cielo es azul, la tierra blanca).

Pero esta historia de amor entre Rinri y la autora no está tratada de manera convencional, de hecho, es el epicentro del libro pero se pasa de puntillas sobre la relación. Es decir, todas las vivencias y relatos que se explican en la novela son efectos colaterales de su relación, pero el libro no profundiza en los sentimientos de ambos protagonistas. La autora no entra para nada en el terreno más personal, a excepción quizás, de un toque más profundo hacia el final del libro.
Y a través de estas vivencias derivadas de su relación vamos conociendo a la autora y la parte de su personalidad más enérgica y vital. Descubrimos su capacidad increíble para disfrutar de la vida y de los momentos que la forman, sin complicarse, sin tener esa necesidad que parece que tenemos la mayoría de los seres humanos de intentar racionalizarlo todo, de buscar un porqué.

Un libro muy fresco, que se lee muy bien, divertido, que me ha arrancado alguna que otra carcajada y muchas sonrisas. ¿Lo que menos me ha gustado? el final, pero más que el final en sí, han sido las justificaciones con las que la autora defiende dicho final. Pero fue su vivencia, no la mía y de hecho, lo único que sé es lo que ella nos ha querido contar a través del libro así que, aunque el final me deje un regusto extraño, considero que es el más adecuado para esta historia, para su historia.

2 comentarios:

  1. pues ya tardas en compartirlo! je,je bonita entrada. Un beso.

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  2. Hola! es de la biblioteca! Es muy divertido y se lee muy bien, da añoranza de esos años de juventud...
    Un abrazo torpeda!

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