No sé si ocurre en todas las bibliotecas pero en la de mi pueblo, cada año, antes de Sant Jordi, compran un montón de novedades. Los dejan expuestos un tiempo en el hall de la entrada y la gente los va reservando. Una vez ha pasado Sant Jordi ya se pueden llevar estos libros a casa pero siempre respetando el orden de la reserva. Si has sido la primera persona en reservar un libro, el mismo día 27 de Abril ya es tuyo, ahora bien, como seas la quinta persona, sólo puedes esperar o rezar para que los cuatro anteriores se lo lean rápido.
Y este año, entre estas nuevas adquisiciones, vi “Fácil de Matar”. Y me dije “pues lo reservo, a ver qué tal se le da a Maruja Torres la novela negra”. Reconozco que no me lo hubiera comprado pero lo bueno de las bibliotecas es que te permite descubrir nuevos autores y nuevos libros sin más riesgo que el tiempo invertido en la lectura.
Y tuve la suerte de ser la primera, así que el mismísimo 28 de abril ya empezaba el libro. La verdad es que me lo leí de una tirada, no perdí horas de sueño pero me enganchó.
El argumento, quitando el trasfondo político, no me pareció muy original, pero el hecho de que la novela transcurra íntegramente en Beirut compensa la simplicidad de la trama.
Tony Asmar muere asesinado al explotarle el coche con el que se iba a una cita. Tony es la oveja negra de una familia políticamente muy influyente e importante en Beirut. Tiene una guapísima mujer que se llama Cora y que es española, y que por la informaciones que se nos dan, antes de casarse con Tony, se había acostado con medio Beirut. Ya tenemos los primeros ingredientes, el asesinato y el típico matrimonio mujer-guapa con hombre-rico.
La “detective” en este caso, es una periodista prejubilada que vive de la pensión que le pasa su ex marido, que va loca por pegar un polvo y que está enamorada de un personaje poco claro, Salvador Matas. Diana Dial es la mujer que acabo de describir y que se autodefine como amante de la justicia. Según ella misma, este amor por la justicia es la que le lleva a interesarse por quién mató a Tony, ya que durante la explosión fallecen dos mujeres miembros del servicio doméstico del asesinado y por eso ella se autoimpone el deber moral de descubrir al asesino.
Cómo novela negra me ha parecido floja, bastante floja. La verdad es que demasiado misterio no le he encontrado, y aunque todo transcurre en pocos días no he tenido sensación de dinamismo. Entre cafés y narguiles la sensación ha sido más de relax que de tensión. Quizá en algún momento más hacia el final sube el ritmo pero vuelve a perder fuelle.
En contraste, me ha parecido original que la visión de Beirut sea la de Diana Dial. No es una crónica sobre la capital libanesa, ya que para empezar sólo se habla del Beirut oriental (cristiano),es el Beirut que vive la protagonista, el que ella ve y en el que se obvia todo aquello que no ve o no quiere ver.
Me gustaría destacar que, aunque el personaje de Diana no me cae bien, me han gustado sus descripciones sobre el resto de personajes con los que se cruza. Su ironía es muy buena y tiene golpes excelentes. En concreto, genial una escena que tiene lugar entre la protagonista y Tariq, un guapo y joven profesor de gimnasia. He de reconocer que en esta escena (de la que no voy a explicar nada) la autora se “quedó conmigo”.
Resumiendo, mi humilde opinión es que es una novela flojita con las suficientes dosis de intriga y humor como para no abandonar y querer llegar hasta el final, pero para mí, sin mucho más.
Siento que no te haya gustado el libro, como sabes, a mí sí que me gustó bastante, tanto la trama como, sobre todo, Diana Dial. Aun así, me ha encantado tu reseña, explicas de maravilla qué te ha gustado, qué no y por qué. Muchos besos.
ResponderEliminarHola Goizeder! No ha sido de esos libros que a medida que vas leyendo te da la sensación de estar perdiendo el tiempo, sencillamente la he encontrado flojita pero ya está. Me alegro que pese a la diferencia de opiniones te haya gustado mi reseña.
ResponderEliminarUn abrazo!