La última lectura que he finalizado estas vacaciones ha sido Cómo ser buenos de Nick Hornby. Es mi primera lectura de este gran escritor británico y la verdad es que me ha sorprendido gratamente. Sorprendido porque pese a las buenas críticas que había leído de su obra, no me lo esperaba tan cínico e irónico, y eso me ha encantado.
¿Y de qué va? Pues la novela se centra en Katie, una mujer madura, casada, con dos hijos, y que se cree que su aporte de bondad al mundo ya está cubierto por el simple hecho de ejercer como médico (estos especímenes existen, conozco unos cuantos).
Pero Katie está pasando una crisis personal importante. Está cansada de su trabajo y muy, pero que muy cansada de su vida familiar, más en concreto de su marido David. David es el típico personaje (digo típico porque todos conocemos a alguno) enfadado con el mundo, que no para de quejarse y de criticarlo todo. De ahí el título de la columna que escribe denominada “El hombre más airado de Holloway” y que de momento es el único trabajo que tiene.
Y así, con este asfixiante panorama, en un congreso fuera de su ciudad, Katie acaba teniendo una aventura con otro hombre. Este desliz le proporcionará a Katie el impulso necesario para pedirle a David el divorcio. A raíz de este hecho, David pasa un par de días con un curandero (en realidad un joven ex drogadicto) que se hace llamar GoodNews. Tras esta breve “terapia” a la que se somete, David decide replantearse su vida, sus valores y sus objetivos. Así que gracias al efecto que GoodNews ha ejercido sobre David, éste deja de ser el personaje cascarrabias y cínico de los inicios de la novela para convertirse en el marido que perdona la infidelidad de su esposa, en el vecino encantador que acoge adolescentes sin hogar en su casa y en el padre que obliga sus hijos a compartir sus cosas con los más necesitados. Se convierte, de la noche a la mañana, en el hombre más bueno y comprensivo del mundo.
Toda esta transformación aturde a Katie, quien empieza a echar de menos a ese antiguo David, a ese cinismo que llegó a odiar y a esas bromas que la hacían salir dando un portazo. Todo esto le genera la desesperación de no tener claro que es lo que quiere ya que también empieza a dudar de la percepción que ella tiene de sí misma. No está tan segura de ser buena persona, ya no, aunque sea médico. Ni siquiera sabe si le gustan las buenas personas. El hecho de vivir con alguien que es un derroche de bondad hace que su egoísmo y su sarcasmo se vea amplificado. Ahora es ella la que adopta el papel de cínica, ella es la mala de la película. Katie empieza a dudar de sí misma, de cuáles son sus sueños y de qué es lo que quiere y necesita en la vida para ser feliz.
Un libro muy inteligente, con mucho cinismo, como ya he dicho, y que se cuestiona la moralidad de la clase media, la hipocresía, el aislamiento social y el egoísmo bajo el que vivimos, con el agravante de considerarnos además buenísimas personas. Nick Hornby retrata unos personajes muy reales que hacen que reflexionemos también sobre nuestra propia moralidad y nuestra vida. Porqué ¿qué es ser bueno? ¿somos seres en inconstante insatisfacción? ¿qué nivel de implicación con los demás tenemos en nuestra vida? ¿vivimos de manera coherente con nuestras ideas? El libro invita a plantearse éstas y un montón de cuestiones más.
Con todo esto deciros que repetiré seguro, ya que a parte de la historia me ha gustado mucho el estilo del autor. Hay unos cuantos diálogos que los he encontrado sencillamente geniales. Una buena lectura.