El pasado mes de diciembre leí de esta misma autora Un millón de luces. Un libro bien escrito, me gustó como se adentraba en los personajes, como los radiografiaba y como se anticipaba a ciertas situaciones. Así que cuando cogí en la biblioteca Lo que esconde tu nombre, Premio Nadal 2010, mis expectativas eran altas.
El resultado, decepcionante. Me esperaba un gran thriller y me he encontrado con una historia de intriga floja, con personajes a veces poco reales, temas como el holocausto, los campos de exterminio y la ideología nazi explotados de una manera fácil y sin mucha profundidad.
Sandra es una chica embarazada, que no quiere al padre de su hijo y que decide marcharse a la casita que su hermana tiene en la costa para decidir que hacer con su vida. Allí conoce un matrimonio de noruegos octogenarios que la ayudan y se convierten en los afables abuelos que ella no ha tenido. Se va involucrando en sus vidas hasta que decide mudarse a vivir con ellos. Entonces aparece en escena Julián, un anciano ex prisionero del campo de Mauthausen que le explica a Sandra el oscuro pasado de sus “afables abuelos”.
A partir de aquí ocurren cosas sin explicación lógica aparente. ¿Porqué Sandra no se va? Tiene 30 años y está embarazada y se comporta como una chica de 16 (entre otras cosas, está embarazada de unos 6 meses y aún va en moto) , aunque se recalque constantemente que su grado de madurez aumenta día tras día por todo lo que está viviendo.
¿Cuál es el objetivo de Julián? Primero parece que es aniquilar a los noruegos movido por la sed de venganza pero después de 400 hojas ya no entiendes nada, porque a parte de investigar y vigilar no ha hecho nada más.
El final muy flojo, convencional, cómo si la escritora hubiera estado cansada de escribir. Creo que si le quitamos la temática nazi, el libro hubiera resultado más equilibrado y creíble porque lo que ha resutado es un obra light con un ingrediente explosivo que lo único que hace es marcar más la poca fuerza del libro.
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